EN UNA EXCURSION POR EL RIO SAN JUAN
(IMPROVISADA)
Ligero como una pluma hiende
nuestro güairo el río;
y el remo en su azul sombrío
levanta floree de espuma.
Del mangle el denso ramaje
penetra algún rayo de oro,
y aún brilla del tocororo
el roji-blanco plumaje.
Las floridas bejuqueras
inclinan sus trenzas blondas
al besar las mansas ondas
que lamen estas riberas.
Rápido el jagacatí roza
la espuma del río,
robando á su seno frío
el plateado manjuari;
y en las espigas del millo
por las brisas balanceadas,
ostenta el mayo, en bandadas,
de su negra pluma el brillo.
Lejos está la ciudad;
aquí todo es paz y calma,
y qué bien que sabe al alma
esta libre soledad!
Tal vez por aquí algún día
indianos vates pasaron,
cuyos limites sonaron
en esta ribera umbría.
De sangre quedó manchada
la estela de sus piraguas,
y estas mismas puras aguas
les dieron tumba ignorada.
No el dolor de tal memoria
ponga en el ánimo duelo
sino que inflame el anhelo.
sí, de vengarlos con gloria!
El alma libre respira:
el corazón libre siente,
Poetas! mano á la lira
y cantemos juntamente.
Ecos que dormís callados
ha tres siglos, despertad!
y en bosques, llanos, collados,
suene un grito-¡Libertad!
Matanzas.-1847.