MIGUEL TEURBE TOLON

Miguel Teurbe Tolón nació accidentalmente en Panzacola el 20 de Septiembre de 1820, pero muy niño aun pasó á Matanzas, donde se educó. Desde temprana edad manifestó sus inclinaciones literarias, publicando á los veintiún anos su primer obra, Preludios, colección de versos. Colaboró en diversos periódicos do Matanzas y la Habana. En 1848, por sus opiniones políticas, tuvo que emigrar á los Estados Unidos, publicando allí Flores y Espinas y varios romances cubanos. Entre sus más bellas poesías, están La Plegaria y su romance Paula. Falleció en la ciudad de los dos ríos el 4 de Febrero de 1858.


DEDICATORIA


Al bueno y perseverante patriota cubano,
José Elías Hernández.
EL AUTOR.
New York,-1852



AL PAN DE MATANZAS


I
Soberbio Pan, cuya alterosa frente,
Venciendo de las nubes el altura,
Llega á mirar el sol antes que nazca,
¡Y le sigue detrás del occidente!
Tú, gigante de piedra, á quien los tiempos
Uno tras otro en su carrera han visto;
Colosal atalaya cuyo ojo
Desde el seno del Norte al mar Caribe
Alcanza sin obstáculo, á su antojo
Y a quien quiera que pasa da el quién vive!
Oye mi voz, la voz ¡ay! dolorosa
De un hijo de esta tierra donde asientas
La planta poderosa;
Y aunque tan alta sobre el triste suelo
La frente altiva y majestuosa, ostentas
De ceibas y de palmas coronada,
Que atreviéndose al cielo .
Se envuelve entre las nubes y se esconde,
Cuando en revueltos giros lleve el viento
Hasta tu cima azul el son perdido
De mi trémulo acento,
Que débil vaga sin saber por donde,
¡Recógele, y escúchame, y responde!

Eterno centinela que Dios puso
A velar estos campos noche y día
Cuando vió que su mano omnipotente
Surgir del Caos hacia
Este Edén de occidente,
Esta tierra de Luz y Poesía,
Dime si tantos siglos que pasaron
Dude que inmóvil en tu puesto moras,
Arcanos de verdad no te legaron
Que avaro en tus entrañas atesoras?

Dime si no resuena todavía
En tus cóncavos senos, con espanto,
El eco que en los aires palpitaba
Del gemido postrer del que caía (*)
Al grito aterrador del que triunfaba!

Oh, cuánta, cuánta lástima presente
Está al recuerdo del horrendo día!
La sangre de las víctimas subía
Hasta teñir los bosques de tu frente!

Dime si en la honda calma de la noche,
Cuando un silencio sepulcral envuelve
Los anchos campos que en redor se estienden
De tu soberbia mole,
La brisa que susurra en las malezas
Y en las ásperas peñas de tu cima
No despierta cien voces olvidadas
Que en armoniosas notas de tristeza
Llevadas son á la merced del viento,
Y las Caribes ondas encrespadas
Leves rozando, allá en playa remota
Dime si tu mirada dominante
Que se extiende y alcanza
Por las tierras, los mares y los montes,
Y se pierde en lo inmenso de los cielos,
No divisa por esos horizontes
Un albor de esperanza,
Una luz que promete
El divino entusiasmo, la fe santa
Que ya perdió el poeta
Tras tanto duelo y desventura tanta?

II

Dicen que en alguna noche
nublada, medrosa y fría,
cuando el Norte desatado
azota la cresta altiva
de la soberbia montaña,
y sordo y furioso silba
entre las ceibas y jobos
que desgarra y aún derriba;
cuando la lluvia á torrentes
riega las vastas campiñas,
y el ronco ruido del trueno
pregona que el cielo vibra
dardos de abrasante fuego,
en su omnipotente ira,
se vé con asombro y miedo
del monte sobre la cima
una colosal figura
que crece, crece, y se empina
hasta tocar en las nubes
la altiva frente ceñida
de una corona (le palmas
que el viento encorba y agite.
Abre sus brazos, y pasan
del horizonte la línea:
revuelve en torno los ojos,
y cual relámpagos brillan!
habla, y como el sordo ruido
de lejana mar movida
por Bóreas desenfrenado,
su voz pavorosa vibra.

Mas luego la frente dobla,
cruza ambos brazos, se inclina
hacia la tierra, y un canto
de tristísima armonía,
al son del trueno y del viento,
resuena en valle y colina
con melodiosos acentos
de lengua desconocida.

III

Las sombras han cubierto la tierra tristemente
Y Dios airado truena sobre la nube oscura:
Los hijos del gran Valle con ademán doliente
En mí los ojos fijan, llorando su amargura.

Llorad ¡lloremos, tristes! Si Dios nos abandona
Si su ira poderosa desencadena el cielo,
¿Qué vale mi grandeza? ¿qué vale ésta corona
Que ensangrentada y rota el viento arroja al suelo?

Si raya luego el alba, si asoma el bello día,
Y tras la sombra triste la luz el valle dora,
Venid! venid entonces, y en bélica armonía
A Dios el grito alcemos con voz aterradora!

Mas ay! del viento escucho los hórridos bramidos:
Mis ceibas y mis palmas cayeron una á una! (**)
Llorad, gentes del Valle! Llorad, hijos perdidos!
Ni estrella ni esperanza nos queda ya ninguna.

IV

Yo quisiera escalar tu altiva cumbre,
Oh soberbia montaba! y en la roca
Cuya atrevida frente
Más á los cielos toca,
Pulsar el arpa, y que á su son doliente
Despertáran los ecos
Del mar, el valle, la sabana, el monte.
Resonando su acento largamente
De uno á otro orizonte,
Con ronco timbre, bélico y valiente.

"¡Venid, venid!"-diría:
"No más de blandos ócios al alhago
Ni al falso arrullo del festín ruidoso
Insensatos corráis día tras día!

Sois hombres, y sí noble y generoso
Tenéis un corazón Americano
Y corre indiana sangre en vuestras venas,
Ved la Patria infeliz!... Gime en cadenas
Esclava vil del opresor hispano!

¿Hasta cuando, hasta cuando en torpe suelto
Y cobarde inacción, no cual varones,
Sino cual hembras tímidas y humildes,
Sufriréis en silencio los baldones
Que al rostro os echa el español tirano
Blandiendo el hierro en la manchada mano!

Pues qué! decid! ¿Será nuestro destino
A las plantas del déspota insolente
La cerviz humillar envilecida,
Sus leyes acatar cobardemente,
Y rendir nuestro honor, rendir la vida?

Ah! ni aún Patria tenemos? Y esta tierra
Rica de luz, de amor, de poesía,
Menguados corazones sólo encierra?
Cobardes sólo en sus entrarías cría?

Oh! que jamás se atreverá el Cubano,
Por recobrar la libertad perdida,
A alzar la frente, y en la lid temida
"Libertad! Libertad! clamar ufano,
Con lanza en ristre y con espada en mano?

Despertad, vive Dios! que largos días
El ay! tan sólo del esclavo infame
Repitieron los ecos de esta tierra!
Nuestra cólera brame;
Retumbe el bronce ya! Truene la guerra!

(*) Alude á las matanzas de Indios por los españoles
en la conquista y colonización de Cuba.

(**) Alude á nuestras víctimas de la Libertad de Cuba.
     

 


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