EN LA MUERTE DE NARCISO LOPEZ
Muerto ¡ay dolor! el adalid valiente
Que sólo para tí, Cuba, vivía!
Muerto!. .y manchada su gloriosa frente
Por mano de verdugo! oh, patria mía!
¡Cuánto de sangre has de beber y llanto
Para vengar los manes del que un día,
De tus cobardes déspotas espanto,
Por tí sacrificó manto tenía,
Por tí buscó la muerte en la lid fiera,
Por tí fué su mortaja tu bandera!
Oh! cómo mana el corazón herido
Torrentes de dolor, mares de ira,
Tu muerte a] recordar! Mas de mi lira
No lúgubre canción ni hondo gemido
Se exhalará con lágrima y lamento.
No, que en tu tumba, paladín laureado,
Ni lamento ni lágrima se vierte:
Se quiere sólo sangre, sólo muerte,
Y decir: ¡Duerme en paz: ya estás vengado!
New-York, Septiembre, 1851.