EN LA MUERTE DE TRINIDAD ROA
Sweet Thyrza! walking as in sleep
Thou art out now a lovely dream,
A star that trembled over the deep,
Then turned from Earth its tender beam.
Dios en un alegre día
nos dió esa virgen hermosa
que hoy dobla su frente fría
y va á dormir en la fosa.
Ay ! ¿por qué, por qué, Dios mío,
nos arrebatas así
la que en este valle umbrío
nos daba una luz de tí?
Miradla, que bella está!
Parece un ángel del cielo
que alzando á la gloria el vuelo
nos dice ¡adiós! y se vá.
Miradla! dulce sonrisa
vaga en sus labios de amor,
cual blando soplo de brisa
meciendo una mustia flor.
Semí de Cuba! tan bella
y abandonas este suelo!
Tan fúlgida, hermosa estrella,
y te vas de nuestro cielo! ...
Mas ¿por qué he de llorar? Parte, sí, parte
Huyendo de esta tierra sin ventura
Que cadenas no más puede brindarte
Entre el sordo clamor de su amargura!
Yo te envidio, hermosísima doncella!
Libre respiras el divino ambiente
Del espacio infinito;
A par que en este valle eleva en tanto
Su esclava, triste y desolada gente
La ronca voz del doloroso grito
Con que derrama su dolor ardiente!
Amante, ven; riega flores
y lágrimas en su losa.
Murió tu virgen hermosa,
y el ángel de tus amores.
Mas no, no dobles la frente:
alza tus ojos al cielo
y mira... Ya posa el vuelo
á la derecha de Dios!
Allí te espera, y un día
fuera del mundo doliente,
os juntaréis nuevamente
y para siempre los dos.
Matanzas.--1846.