Pidiónos entonces el extranjero que cantásemos; mas no, jamás tendrá este placer. Antes se
extinga mi voz; séquese mi mano antes que pulsar, para que lo oigan nuestros tiranos, una sola
cuerda del arpa de Israel. La Biblia
Coro
Destrenzad vuestros cabellos,
sedas y joyas dejad:
lloremos mientras no suene
¡el canto de Libertad!
I
Vestido está de tinieblas
nuestro patrio dulce Cielo:
vestido también de duelo
está nuestro corazón.
II
Entre la danza ruidosa,
fatídica sombra errante
de la Patria agonizante
veremos aparecer,
y más alto que los sones
de la fiesta, hondo gemido
vendrá a apagar el ruido
de las voces del placer.
III
No, no bañen nuestras frentes
del salón las luces vivas;
no vayamos cual cautivas
a la zambra del Sultán.
Nuestros ojos no se encuentren
con los ojos del Tirano
no se hiera nuestra mano
con su garra al tropezar.
IV
A un vil siervo nuestras almas
negar deben sus amores:
nuestros nobles amadores
hierro empuñen ¡y a lidiar!
No haya más en nuestro pecho
que la Patria y la Esperanza:
Sólo un grito -¡de Venganza!
Sólo un canto -¡Libertad!
New York, 1850