¡Lloras esclava! ¡Tu mejilla pura
Lágrimas bañan! ... ¡Tu virgínea frente
Pálida de dolor! ... ¡Tu labio ardiente
Con suspiros no más de honda amargura!
Reina tú de mi amor, y ¡oh suerte dura!
Cautiva ser del Déspota insolente.
¿Y oprobio tal mi corazón consiente?
No, ¡veces mil! ¡Mi labio te lo jura!
Alza la frente noble y majestuosa:
Las lágrimas detén, calla el gemido,
Levanta al cielo la mirada hermosa;
Y al retumbar del trueno repetido
Del mortífero bronce en la sabana,
Canta el himno de guerra, ¡mi cubana!