A NARCISO LOPEZ



¿Quién más grande que tú?...Héroe ninguno
En la pasada edad ni la presente
Alza más digno la gloriosa frente;
Ni hay corazón magnánimo que abrigue
Tan noble abnegación, grandeza tanta,
Ni en los Andes jamás condor alguno
Tendió más alto el vuelo soberano
Que tu espíritu audaz en noble empresa.
Quien así como tú se sacrifica
Por darle libertad á gente opresa,
El límite traspasa de lo humano,
Con su mismo Hacedor se identifica.

Llamóte Cuba en su congoja triste
Y tú á salvarla intrépido corriste.

Su escudo empero te negó el destino,
¡O mísero adalid! y al ir ansiosa
Tras flores bellas crédula tu mente,
Espinas ¡ay! para punzar tu frente
Hallaste sólo en tu áspero camino.

¡Volar á quebrantar con brazo fuerte
De un pueblo esclavo la cadena dura
Y recibir en galardón la muerte!
¡Cadalso hallar en vez de Capitolio!...
¡ A tan alta virtud premio tan bajo!...
¡Tan vil salario por tan gran trabajo!...
¡Caer la venda del fatal delirio
Para palpar la realidad desnuda,
Y en las sienes sentir la punta ruda
De la negra corona del martirio!...

La túnica vestir del delincuente
Con estoica virtud!...Doblar la frente
Como el humilde pecador contrito,
Sin murmurar, sin despedir un grito
De venganza ó rencor, y dar al mundo
En el borde espantoso de un abismo
Ejemplo sin segundo
De grandeza inmortal y de heroismo!...

¡Émulo de Jesús, bendito seas!
¿Qué importa que hayas muerto en el suplicio
Y firme hasta las heces apurado
El hondo cáliz rebosando acíbar,
Si el lauro inmarcesible has alcanzado
De Washington, de Tell y de Bolívar?

Mas no impune, guerrero esclarecido,
Tu muerte ha de quedar: nobles cubanos
Aprestan ya las vengadoras manos.

Ya se derborda el vencedor torrente,
Y está pronta á caer la ancha barrera
Que opone Empana á su veloz carrera.

Ya su vano león pavor no infunde,
Que el rayo de la cólera divina
En tierra lo derriba y lo confunde!...

Pronta á brotar flamígera y ardiente
La chispa está que ha de prender la mina.
Se acerca ya la tempestad bramando...
No escuchas á lo lejos
Como voz precursora de venganza,
El horrísono trueno retumbando...
Sl!...ya de Cuba la apagada estrella
De nuevo en lontananza
Se alza más pura y bella,
Cobra esplendor, y en las tinieblas lanza
Mil vívidos reflejos
Que á la patria sumida en la amargura
Paz prometen y sólida ventura.

Mira del tiempo en el abierto espacio
El bien que á Cuba le reserva el cielo.
¿No ves cual se desquicia y se derrumba
El trono del hispano despotismo?
¿No ves cual se abre para darle tumba
La horrenda boca del profundo abismo?
Al pavoroso estrépito temblando
Las armas rinde el enemigo bando:
Pálida de terror la tiranía
Corre á esconderse en el averno oscuro:
El sol de libertad cual nunca puro
Presta su luz á tan solemne día.
¿No ves allá en el fondo del camino
Del polvo entre el confuso torbellino
Avanzar en belígeros corceles
Gallardos y bellísimos donceles?
¡De paz y libertad son los heraldos
Que vienen proclamando la victoria!
¡Qué porvenir tan bello nos espera!

Y á tí tan sólo ¡Oh mártir! deberemos
El don precioso de tan alta gloria.

¡Héroe tres veces grande, sombra augusta!
Si en tu fatal sendero hallar pudiste
Roca Tarpeya en vez de Capitolio,
Depón el ceno de tu frente adusta;
Que ya los buenos en tu honor preparan
Sobre las ruinas del ibero solio
La merecida espléndida apoteósis.
Tu estátua colosal de jaspe 6 bronce
En pedestal gigante colocada,
Erguida se alzará de lauro ornada
En el sitio fatal, sagrado ahora.
Do con brazo asesino
El déspota argentino
El dictado ganó de fratricida
Término dando á tu preciosa vida.

Allí á la luz del esplendente día
Que tu muerte alumbró lleno de pasmo,
Y vió de plebe vil el cruel sarcasmo;
Al eco atronador de los cationes
Saludado serás por todo un pueblo
Que rebosando en férvido entusiasmo
Terendirá solemnes ovaciones.

     New Orleans y Abril 21 de 1858.

 


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