Mírame


Cuando tú dejas en mi faz impresa
de tus húmedos ojos la mirada,
tiembla el rayo de luna que atraviesa
como un hilo de plata la enramada.

Tu mirada magnética me besa
lo mismo que una boca perfumada,
siendo más dulce que nupcial promesa,
y más pura que célica alborada.

Virgen pura y gentil de mis amores,
que á puerto de ventura me conduces,
entre músicas, cánticos y flores!

Cuando tú miras, la ilusión produces:
mas si cierras tus ojos brilladores;
ni aquí en la tierra, ni en el cielo, hay luces!