Margarita


¡Fué una noche de amor! Noche de orgía,
de canciones sonoras y vibrantes,
de besos prolongados y abrasantes
que me queman el alma todavía.

La música, el Jerez y la alegría
me llamaban con voces incitantes,
y sobre las impúdicas bacantes
sus turbios ojos la lujuria abría.

De pronto, una mujer, joven y bella,
febril, y con la copa en una mano,
apareció ante mí como una estrella;

Hizo gemir á Schubert en el piano .....
¡y no sé más de la mujer aquella,
sino que trato de olvidarla en vano!

1896.