Los Locos
¡Pobres de los dementes! La tristeza
invade la mansión en donde habitan,
donde acaso sus almas se marchitan
lo mismo que una flor en la maleza.
Como en roto desván, en su cabeza,
los pensamientos bullen y se agitan,
y mientras unos cantan, otros gritan.
y mientras baila el uno, el otro reza.
Son ellos á su antojo soberanos,
astrólogos, guerreros y cautivos,
músicos, trovadores y tiranos;
Y, cual viejos soldados inactivos,
al sol calientan sus heladas manos,
tristes eternamente y pensativos.
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