La Carta


¡Soy feliz! Hoy sufro menos.
pues he llegado á saber
que mis hijos están buenos
y está buena mi mujer.

La carta que he recibido
trayéndome esa noticia,
la impresión me ha producido
de una mano que acaricia .....

Esa epístola, al llegar
desde tan larga distancia,
de mi tierra y de mi hogar
me trae la dulce fragancia.

¡Una carta así es tan bella!
Yo la beso en mi dolor,
creyendo que es una estrella.
creyendo que es una flor.

Fija en ella la mirada
no es tan amargo vivir,
y debajo de mi almohada
por la noche ha de dormir.

¡Bien lo sabe Dios! Temprano
al abandonar el lecho,
se ve primero en mi mano;
y después sobre mi pecho.

Un recuerdo de la gloria
es la carta que yo digo:
¡ya me la sé de memoria
y aun leyéndola prosigo!

y es porque imagino ver
mis únicos regocijos:
los ojos de mi mujer
y el semblante de mis hijos.

Muchas, muchas recibí
y otras más recibiré;
pero esa carta ¡ay de mi!
yo nunca la olvidaré.

1896