¡Excelsior!

A Francisco Díaz Silveira.


Aun la voz de los bardos escuchan
los que aspiran del verso la esencia,
y los pueblos aquellos que luchan
porque tienen honor y conciencia.

Hoy la Musa de arranques viriles
ha de herir cuanto juzgue execrable,
y valiente ha de ser como Aquiles,
sin tener el talón vulnerable ..... .

Es objeto de escarnio y de mofa
el idilio que sólo recrea;
y es anémica y fútil la estrofa,
que no enciende en la mente una idea!

¡El Parnaso es palenque! Quien canta
ejerciendo el poder de la rima,
á su exánime pueblo levanta
y de pié lo coloca en la cima;

El que cláusulas forja de acero,
y en la fe popular las engasta,
como forja en el yunque el herrero
el martillo que hiere y aplasta;

Quien la estrofa en hoguera convierte
alumbrando el camino lejano,
y en presencia del déspota es fuerte,
con su lira vibrante en la mano;

vence al fin en la lucha reñida
y mil lauros obtiene soberbios,
porque pone en su canto la vida,
pone el alma, su sangre y sus nervios!

Donde quiera rugiendo se asoma
como bestia feroz, la injusticia,
y el apóstrofe salta y la doma
sin hacerle ninguna caricia!

Apelar á la estéril querella
sólo es dable á un espíritu enano:
hoy el verso es un arma y con ella
hay que herir en la frente al tirano!

Toda Musa de atléticos hombros
nos infunde valor y energía:
¡hoy se escribe entre sangre y escombros,
pues no ha muerto la fe todavía!