En Ruinas
En un rincón distante de la aldea
alzábase aquel templo solitario,
con su blanco y ruinoso campanario
que el tiempo con su mano agujerea.
El viento por sus bóvedas pasea;
roto se ve en el suelo el incensario,
y el pobre campesino visionario
al pié de los altares curiosea.
Deshecho se halla el púlpito: en las naves,
entablan sus polémicas las aves;
y en medio del horror de aquellas ruinas
donde hacinados yacen los escombros,
encógese el incrédulo de hombros
y levantan su hogar las golondrinas.
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