¡Ecce Homo!
Hecho fué con partículas de cieno,
y su ruín corazón es un pantano,
en donde la perfidia abre su mano
como si fuera un frasco de veneno.
Está el ambiente que respira, bueno
para que lo respire un pueblo enano,
y verdugo del niño y del anciano
ultraja de las vírgenes el seno.
Tiene el aspecto vil del asesino:
el crimen es el sueño de su mente,
matar, matar, matar, es su destino;
y tiembla en su presencia el inocente,
como tiembla en el árbol del camino
el pájaro que ha visto una serpiente!
E. U., 1896.
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