Almas Blancas

A Edelmira Escoto.


En los templos, al pie de los altares,
solícitas comienzan á rezar,
y triste, como el viento en los pinares,
es su voz melancólica al vibrar.

Ellas ven en un rayo de la luna
lo que sobre la tierra nadie ve,
y no buscan jamás á la Fortuna,
porque tienen bastante con su fe.

¡Almas blancas son ésas! Las que á solas,
viendo la tarde próxima á morir,
sobre la azul espalda de las olas
quisieran lentamente ir y venir.

¿De qué hablarán? ¡Quién sabe! De la brisa
que aborrece de muerte al alquilón,
ó del alba gentil, cuando indecisa
abre en el firmamento su balcón.

Las almas blancas cuando el sol desmaya
y próximo se encuentra á sucumbir,
se ponen en la arena de la playa
nombres y antiguas fechas á escribir.

Ellas en el bullicio de la fiesta
parecen murmurar una oración,
gimen con los violines de la orquesta
y recogen las flores del salón

Sobre la vasta tierra es su destino
no gozar del más mínimo placer,
esperando en el1óbrego camino
á seres que jamás han de volver.

Las almas blancas para mi son ésas;
las que en medio á esta atmósfera glacial
su cofre de venturas y promesas
vuelcan encima del dolor y el mal.

1895.