Mi Bandera

Al general Pedro B. Betancourt.


Al volver de distante ribera,
con el alma enlutada y sombría,
afanoso busqué mi bandera
y otra he visto, además de la mía!

¿Dónde está mi bandera cubana,
la bandera más bella que existe?
Desde el buque la vi esta mañana,
y no he visto una cosa más triste! ....

Con la fe de las almas austeras
hoy sostengo con honda energía,
que no deben flotar dos banderas
donde basta con una: ¡la mía!

En los campos que hoy son un osario
vio á los bravos batiéndose juntos,
y ella ha sido el honroso sudario
de los pobres guerreros difuntos.

Orgullosa lució en la pelea,
sin pueril y romántico alarde:
¡al cubano que en ella no crea
se le debe azotar por cobarde!

En el fondo de oscuras prisiones
no escuchó ni la queja más leve
y sus huellas en otras regiones
son letreros de luz en la nieve ....

¿No la veis? Mi bandera es aquella
que no ha sido jamás mercenaria,
y en la cual resplandece una estrella,
con más luz, cuanto más solitaria.

Del destierro en el alma la traje
entre tantos recuerdos dispersos,
y he sabido rendirle homenaje
al hacerla flotar en mis versos.

Aunque lánguida y triste tremola,
mi ambición es que el Sol con su lumbre,
la ilumine á ella sola, -¡á ella sola!-
en el llano, en el mar y en la cumbre!

Si deshecha en menudos pedazos
llega á ser mi bandera algún día ....
¡nuestros muertos alzando los brazos
la sabrán defender todavía! ....