No sé qué tienen las flores, lindísima bayamesa, que unas se secan muy pronto; que hay otras que no se secan. De blancas flores un ramo ayer me diste en tu casa, y hoy las fui a ver, niña mía, y las encontré más blancas. Así como el alma en pena, como un clavel amarillo, besa tu mano y el alma se pone color de lirio.
José Martí
Cayo Hueso, 7 de diciembre de 1892
Dedicatoria en un retrato de Martí, en el estudio fotográflco de Andrés Estévez, de Cayo Hueso.