No. Patria no. Algún bribón estará redondeando el frac para ir de lacayo, allá en las fiestas de Cuba, las fiestas en que, so capa de centenario de Colón, se buscan polvos y perendengues para que luzca como nueva la peluca podrida del gobierno español en Cuba y Puerto Rico. Y a los fracs, por supuesto, les saldrán, a la hora del baile, las manchas de la sangre de Céspedes y de Agramonte. Uno la llevará en el brazo. Otro en la solapa, como una flor. A otro le dará el reflejo en la mejilla como la marca de una bofetada. Patria prefiere a esa ocupación la de celebrar a les cubanos que después de trabajar toda la semana para sus casas, trabajaron, como muchas otras veces, su día de descanso, su domingo, para el tesoro con que han de conseguir su honra de hombres y la de sus hermanos. Algún danzón, recién salido de quien sabe dónde, puede fisgar entre un coñac y otro, del codo de su teniente, a esos "tabaqueros" del Cayo: Patria prefiere, desde el corazón, enviar su saludo a los tabaqueros de la casa de 0'Halloran.
Patria, 10 de abril de 1893