De la Isla llegó hace poco, con renombre de caballeroso escritor, de pluma elegante e indignada, el buen cubano Pablo Rousseau; y hoy ya enriquece la prensa revolucionaria con un periódico elegante y vivo, donde el reposo campea junto a la energía y tienen las ideas patrias defensor de altos vuelos, defensor que viene llagado de la política infecunda que, por su acuerdo con los años de espera, ha entretenido vanamente el alma cubana. A las ideas de esencia dedica El Radical artículos jugosos, y se ve la mano periodista en el cuidado y variedad del material ameno. Si alguna minimez sobre personas cayó en alguna columna, ya la habrá sacado de allí, para que no vuelva a caer, el escritor generoso y sesudo: ¡lo que importa es fundar un pueblo libre, sin enojarse con las zarzas del camino! Y la gran tarea, con las Bases del Partido Revolucionario al frente, del partido de preparación y acción piadosa, tiene pocos caballeros del brío, modestia y talento de Pablo Rousseau, que viene de Cuba, y de la política infecunda.
Patria, 28 de enero de 1893