Conocidas ya todas las causas que contribuyeron a la suspensión de la guerra indispensable para conquistar a un país la libertad que destruiría los privilegios arraigados de los que se hubieran de conceder;
Unánimes ya, por su propio impulso, y aparte de todo dictamen personal, o móvil de vergüenza estéril, o mera tentación de fanatismo, los factores de acción que hubieran podido dejarse deslumbrar por la impaciencia heroica, o el deseo prematuro, o la guía interesada;
Vencido ya, después de la espera vigilante y generosa, el término de prueba, que la diseminación de los factores revolucionarios hacía inevitable, y aconsejaba la sagacidad y la justicia, de la política inútil y disolvente de reformas locales bajo el poder que ve su desaparición gradual en ellas;
Extremadas ya bajo un gobierno incorregible la obra de empobrecimiento y corrupción del carácter nacional, y el ansia justa de las emigraciones, capaces y ordenadas, de acudir en tiempo con su ayuda a la reconstrucción y salvación de un país que no tiene establecido recurso alguno viable o probable para salvarse;
Los emigrados de Tampa, unidos en el calor de su corazón y en la independencia de su pensamiento, proclaman las siguientes
2a La acción revolucionaria común no ha de tener propósitos embozados, ni ha de emprenderse sin el acomodo a las realidades y derechos y alma democrática del país que la justicia y la experiencia aconsejan. ni ha de propagarse o realizarse de manera que justifique, por omisión o por confusión, el temor del país a una guerra que no se haga como mero instrumento del gobierno popular y preparación franca y desinteresada de la República.
3a La organización revolucionaria no ha de desconocer las necesidades prácticas derivadas de La constitución e historia del país, ni ha de trabajar directamente por el predominio actual o venidero de clase alguna; sino por la agrupación, conforme a métodos democráticos, de todas las fuerzas vivas de la patria; por la hermandad y acción común de los cubanos residentes en el extranjero; por el respeto y auxilio de las repúblicas del mundo, y por la creación de una República justa y abierta, una en el territorio, en el derecho, en el trabajo y en la cordialidad, levantada con todos y para bien de todos.
4a La organización revolucionaria respetará y fomentará la constitución original y libre de las emigraciones locales.
Nota: Estas Resoluciones fueron tomadas por la Emigración Cubana de Tampa, el 26 de noviembre de 1891, siendo casi seguro que fueron redactadas por Martí, o al menos perfiladas por él. Confirma esta opinión la siguiente nota sobre ellas, de la obra:
"El 28 de noviembre el pueblo en masa acudió al Liceo Cubano con el objeto de despedir a Martí, y en la fiesta apropiada a aquel acto y después de hacer uso de la palabra algunos oradores, ocupó la tribuna el Sr. Ramón Rivero y Rivero y dio lectura a las siguientes Resoluciones escritas por Martí, leídas ya el 26, y que aquel grupo de generosos, fieles y leales servidores de la patria, aceptó y aprobó. Estas Resoluciones pueden considerarse como el prólogo de ese histórico documento que contiene las Bases del Partido Revolucionario Cubano".
Parecida afirmación se encuentra también en el libro: Héroes del Destierro -La Emigración Notas históricas, Cienfuegos, 1904; pág. 69, y en:
Martí, Cayo Hueso y Tampa-La Emigración Notas históricas, Cienfuegos, 1905; pág. 141, del mismo Reverendo Manuel Deulofeu.
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