Noviembre 13 de 1887
Mi amigo y señor:
¿Por qué nos privó de su consejo antenoche? Por la invitación que tuve el placer de enviarle, comprendió Vd. sin duda lo importante de la situación, la necesidad de obrar en ella con sincera grandeza, y lo posible que será tomar de ella y de sus peligros pie para adelantar, sin mirar atrás ni acordarse de pequeñeces, los trabajos de trascendencia y vuelo que ya son indispensables, si de veras queremos ayudar a nuestra patria en lo que nos cumple, preparando, juntando y previendo.
Sin lisonja puedo decir a Vd. que estimo muy de veras su juicio naturalmente levantado, y su palabra certera y sobria. Tenerla es el deber de emplearla.
Para regañarlo, pues, le escribo; y para decirle que le envío por el correo de hoy dos ejemplares del folleto de los discursos1 donde el de Vd. campea por la discreción y la elegancia.
Se alegrará en toda ocasión de verlo su amigo y servidor.
José Martí
1- Los discursos del 10 de Octubre, para conmemorar el "Grito de Yara".
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